Luego de un comentario recibido, he creído adecuado empezar por el principio y así ir desarrollando los temas en secuencia, para que realmente esta sección de la Revista Enlace sea de ayuda para los padres de familia de nuestra comunidad.
Nos causa temor cuando, en la escuela, nos han dicho que debemos ir al sicólogo. Y siempre, desconcertados peguntamos: ¿por qué? Y añadimos: mi hijo no está loco.
Los “problemas” o mejor dicho los trastornos en la etapa escolar los podemos clasificar en:
1. Dificultades de Aprendizaje.
2. Trastornos conductuales.
1. Las Dificultades de Aprendizaje se refieren a dificultades para emplear adecuadamente las herramientas básicas del aprendizaje como son: la lectura, escritura y cálculo. Son niños con una inteligencia normal que no presentan ningún trastorno sensorial grave, es decir, que alguno de los sentidos esté comprometido. Las dificultades de aprendizaje se dividen en:
a) Trastornos Específicos del Aprendizaje.
b) Problemas Generales del Aprendizaje.
a) Trastornos Específicos del Aprendizaje, se pueden manifestar de diversas maneras:
q En la escritura: omisión de letras y sílabas, confusión de letras de forma o sonidos semejantes, confusión de letras de orientación simétrica, transposición de letras y sílabas, disgrafías (mala letra, mezcla de letras, agregado de letras y sílabas, inversión de letras, disortografía (mala ortografía).
q En la lectura: lectura acelerada (taquilexia) o lenta (bradilexia), escasa comprensión de las lecturas.
q En el cálculo: confusión de números por sonido y forma semejantes, dificultades en las cuatro operaciones.
b) Problema Generales del Aprendizaje, se manifiesta con un bajo rendimiento en las asignaturas y el niño presenta una lentitud para aprender, que muchas veces si no hay un diagnóstico adecuado puede ser catalógado como un retardo.
2. Trastornos conductuales son todos aquellos comportamientos que no están dentro de la “normalidad”. Se debe tener cuidado con esto, pues muchas veces algunas personas consideran “normal” cosas que no lo son y viceversa. Y se puede caer en el error de llamar “anormal” a un niño, que no lo es.
Debo señalar que la mayoría de estos problemas surgen o tienen su origen en el hogar. A veces los padres podemos adoptar conductas inadecuadas frente a los hijos y estar formando seres inseguros, frustrados y ansiosos.
Cuando los niños y niñas experimentan estos sentimientos tan dañinos pueden presentar indicadores de que algo no funciona bien en ellos y se vuelven:
q Hiperactivos,
q Agresivos,
q Desadaptados,
q Pierden el apetito,
q Mojan la cama,
q Temores nocturnos,
q Lentitud,
q Roban,
q Pueden incluso sentir dolores estomacales y fiebres altas.
Espero que lo escrito contribuya a aclarar dudas al respecto, y así ya no recibamos con temor la idea de asistir al sicólogo educativo. Y no nos enojemos con los chicos por pensar que tenemos un “loco” en la familia.
En el sicólogo educativo usted va a encontrar un profesional para consultar, recibir sugerencias, orientación y formas de estimular y educar a sus hijos.
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